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APOSTOL SIMON PEDRO


San Pedro
San Pedro (Betsaida, c. 1 a. C. - Roma, 29 de junio de 67), conocido también como Cefas o Simón Pedro; y cuyo nombre de nacimiento era Shimón bar Ioná, fue –de acuerdo con el Nuevo Testamento– un pescador, conocido por ser uno de los doce apóstoles, discípulos de Jesús de Nazaret. Es llamado "El príncipe de los Apóstoles". La Iglesia Católica Romana lo identifica a través de la sucesión apostólica como el primer Papa de la Iglesia, basándose, entre otros argumentos, en las palabras que le dirigió Jesús: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo" (Mateo 16:18-19).1 Otras Iglesias Católicas Apostólicas, como los Ortodoxos, no lo consideran de esta manera, pues éstos entienden que Jesús no edificaría su Iglesia sobre un hombre (Pedro) sino sobre la confesión de fe que Pedro hizo: "Tu eres el Cristo,el Hijo de Dios vivo"(Mateo 16:16), es decir que para los Ortodoxos la Iglesia se edifica sobre Cristo Hijo de Dios y Pedro no es la cabeza de la Iglesia, es un apóstol que pudo ver en ese momento por gracia del Espíritu Santo lo que Jesús era
Simon Pedro
Simon Pedro
Predeecesor Se le considera el Primero
Sucesor San Lino.
Nombre Shimón Bar Ioná
Nacimiento fecha desconocida, Betsaida, Galilea
Fallecimiento 67, Roma, por crucifixión
Venerado en Iglesia Católica, Iglesia Ortodoxa, Iglesia Copta
San Pedro
Simon Pedro Apostol
por
Alberto Durero.
Simbolo de Pedro
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Símbolos tradicionales de San Pedro, las llaves y el gallo.
Basilica de San Pedro en el Baticano
La primera piedra Cuando Constantino empezó a construir una iglesia cerca del circo de Nerón, se hicieron ciertas las palabras que le dijo Jesucristo a Pedro (Mateo 16, 18): "Y yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia." Y es que Constantino ordenó construir sobre la tumba de San Pedro, tomándola como eje para el altar. La primera piedra, literalmente hablando. Sin embargo, desde entonces, año 324, hasta el siglo XX, las historias se diluyen y se les desdibujan los límites, transformándose en leyenda y tradición. Desde luego, a esto también ayudó que la primigenia basílica fuera demolida en el siglo XV y empezara la construcción de la nueva basílica, la que aún hoy sigue en pie. En 1939, Pío XII, preparando lo que sería el enterramiento de su antecesor Pío XI, inició unas excavaciones bajo la Basílica de San Pedro, encontrando una necrópolis de la época romana, con restos de construcciones. En concreto, hay un muro (el más antiguo) revocado en rojo, con la leyenda: "Pedro está aquí". Esto sirvió para Pío XII, que anunció en 1950 por la radio que se había encontrado la tumba de Pedro. Pero no era del todo exacto. Aunque habían inscripciones y evidencias, no encontraron los huesos, pero el hallazgo sirvió de punto de partida de la investigación posterior que duró varios años. La arqueóloga Margherita Guarducci, experta en criptografía, fue autorizada para seguir investigando el lugar en 1952. Descubrió incripciones que aludían a Pedro, situando su tumba allí ("Pedro, ruega por los cristianos que estamos sepultados junto a tu cuerpo.") y el emblema de San Pedro, una P con tres trazos horizontales, asemejando una llave. ¿Qué había ocurrido con San Pedro? En realidad, según la teoría de la arqueóloga, fue víctima del ansia. Los trabajadores, en sus labores de búsqueda bajo la Basílica, utilizaron martinetes para hacer el trabajo más rápido y provocaron un desplome de materiales sobre el nicho donde estaban los huesos. Los escombros fueron apartados, mezclados con los huesos y estos restos, tal vez pensando que eran de algún fiel sin relevancia, fueron guardados, aunque no estudiados en un primer momento. El antropólogo Venerato Correnti fue quién llevó a cabo la investigación de los huesos. Correspondían a un varón robusto de avanzada edad, muerto en el siglo I por muerte violenta, que había tenido contacto con el mar, exactamente con el Mar Muerto, debido a la alta presencia de sal en los huesos. Otro dato que concordaba es que no fueron encontrados los pies. Si recordáis, se crucificó a San Pedro boca abajo, y la forma que tenían de "descolgarlos" era cortando los pies. Los huesos tenían la peculiaridad de estar tintados en rojo y tener restos de hilos de oro y presencia de tierra. Constantino, cuando halló el cuerpo de San Pedro enterrado en la tierra, mandó retirarlo y lo guardalo en un nicho, envuelto en un manto púrpura con hilos de oro. Todas estas evidencias llevaron a Pablo VI a afirmar en junio de 1978 que habían sido encontrados los restos de San Pedro. Y ahora, estos restos se encuentran en las catacumbas de la Basílica de San Pedro, donde se pueden ver. En realidad, se puede ver el ataud exterior donde están guardados, en una pequeña sala, separada de los ávidos turistas por un cristal.
San Pedro
Shimon Pedro
Crusificion
Crucificion de pedro
Crucificcion invertida
Crucificcion invertida de pedro
Boca Abajo
Pedro Cruzificado boca abajo
invertida

de cabeza

Boca Abajo

Aparicion
Aparicion de pedro
cruz de pedro

Iglesia de San Pedro

Tumba de San pedro
Simón Pedro en el Nuevo Testamento

Nombre
Todos los evangelios mencionan el nombre de Simón; Jesús se dirige a él siempre así, salvo con una excepción (Lucas 22,34): Pero él dijo: «Te digo, Pedro: No cantará hoy el gallo antes que hayas negado tres veces que me conoces.» Cabe resaltar que se menciona a Pedro (Petro-p?t???)2 como la masculinización de Petra, en griego p?t?a, es decir Roca, cambiando apenas su terminación pero manteniendo la raíz de la palabra; nunca realizan la traducción a lithos (?????), que sería lo más común, pero que vendría a señalar una piedra del camino y con lo cual pudiera interpretarse que sería una piedra pequeña.3 Por otra parte, Pablo de Tarso siempre le llamó Cefas. Esta palabra hebrea helenizada del arameo (????) Kefa, no era un nombre propio, pero Pablo se lo asigna como tal.4 La palabra significa en ambos idiomas, por lo general, "piedra”. Griego Original del Códice Sinaítico:
Origen
Conocemos la vida de San Pedro por los datos que de él recoge el Nuevo Testamento, más algunos documentos de Clemente de Alejandría y Clemente Romano; este último fue obispo de Roma a finales del siglo I, y con bastante probabilidad le conoció en persona. De acuerdo con la narración evangélica, Pedro era un pescador judío de Galilea. (Es reconocido como galileo en Marcos 14,70: Y Pedro lo volvió a negar. Después de un rato, los que estaban allí dijeron de nuevo a Pedro: «Es evidente que eres uno de ellos, pues eres galileo.») Su lugar de nacimiento fue Betsaida (Juan 1,42-44), un pueblo junto al Lago de Genesaret, de cuya ubicación no hay certeza, aunque generalmente se busca en el extremo norte del lago. Ejercía la profesión de pescador junto a su hermano Andrés, ambos poseían un barco (Lucas 5,3). Casi todas las tradiciones e informaciones que tenemos de él son a partir de la llamada de Jesús; muy poca información tenemos de su vida anterior. Su padre es mencionado por su nombre en Mateo 16,17: Jesús le habla como “Simón hijo de Jonás”, en hebreo, (?????? ?? ????). Simón se estableció en Cafarnaúm, donde vivía con su suegra en su propia casa (Mateo 8,14; Marcos 1,29-31; Lucas 4,38) al tiempo de comenzar el ministerio público de Cristo (alrededor del 26-28 D.C.). Por ende, Simón era casado y según Clemente de Alejandría tenía hijos.5 Otros escritos, parte del corpus declarado apócrifo en Nicea, mencionan que había tenido, exactamente, una hija. También gracias al autor Clemente de Alejandría nos llega la información de que la esposa de Pedro sufrió el martirio. 6 Así pues, estás son las pocas referencias que tenemos de Simón Pedro antes de conocer a Jesús de Nazaret.
La llamada de Jesús
Pedro fue incorporado como discípulo al principio del ministerio de Jesús. Los evangelistas sinópticos (Marcos, Mateo y Lucas) describen su entrada de manera diferente a como lo hace Juan. Aquí se ven las diferencias entre ambos: Caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres.» Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. Mateo 4:18-20 Encontró primero a su hermano Simón y le dijo: «Hemos encontrado al Mesías. Y se lo presentó a Jesús. Jesús miró fijamente a Simón y le dijo: «Tú eres Simón, hijo de Jonás, pero te llamarás Kefas» (que quiere decir Piedra). Juan 1:41-42 Según el testimonio de Juan (Juan 1:40-42), fue su hermano Andrés quien lo introdujo al grupo, tras encontrarse ambos entre los seguidores de Juan el Bautista. La narración de los sinópticos da otro punto de vista, como se aprecia en los ejemplos, narrando la historia de que al ver a ambos recoger las redes, Jesús les invitó a hacerse pescadores de hombres (Mateo 4:18-22, Marcos 1:16-20, Lucas 5:1-10) y fue Simón el primero en reconocer a Jesús como el Hijo de Dios, y no su hermano Andrés.
Confesor de Cristo
Simón podría decirse que fue el confesor de Jesús, su discípulo más allegado, y esto, se nota en los evangelios. Existen muchos pasajes donde vemos a Simón muy cerca de Jesús, por ejemplo: Fue uno de los tres discípulos íntimos que, según la Biblia, fueron testigos de la transfiguración de Jesús (Marcos 9:1). Según el relato bíblico fue el primero en reconocer a Jesús como el Mesías esperado. Y él les preguntaba: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contestó: «Tú eres el Cristo.»(Marcos 8:29). Los evangelios recogen también la profecía de Jesús anunciando la traición de Pedro quien lo negaría tres veces consecutivas avergonzándose de ser seguidor de Jesús. Aun cuando la noche de la última cena, Pedro juró no apartarse de Jesús, al ser interrogado por los soldados romanos que lo habían detenido, negó tres veces conocerlo antes del canto del gallo, es decir, antes de que la noche acabase, cumpliéndose así la profecía del Mesías. (Mateo 26:69-75, Marcos 14:66-72, Lucas 22:54-62, Juan 18:25-27). En el mismo pasaje, en la cena del señor: << Jesús le dijo "y tú, después que hayas vuelto, fortalece a tus hermanos">> (Lucas 22:32). En esta tarea encomendada por Jesús a Pedro de fortalecer y servir de apoyo a sus hermanos después de la muerte, ha visto la Iglesia católica otro fundamento para sostener el primado de Pedro sobre los demás Apóstoles. Tras la resurrección, según lo relata Juan Juan 21:15-17, Jesús resucitado se aparece ante los discípulos y dirigiéndose a Pedro le hace reafirmar tres veces su amor por Él, encargándole la tarea de ser pastor de sus ovejas y apacentar sus corderos. En este episodio también se basa la Iglesia católica para sustentar su creencia de que San Pedro fue el primer Papa.
Tras la muerte de Jesús
Tras la muerte de Jesús, la figura de Pedro es menos precisa. Si bien, varios de los evangelios —tanto canónicos como apócrifos— dejan entrever que había tenido un vínculo especial con Jesús. En Lucas 24:34 se narra una comunicación especial del resucitado a Pedro, por ejemplo. El evangelio de Mateo no vuelve a nombrar a Pedro tras haber éste negado conocer a Jesús. El autor de Hechos de los Apóstoles, sin embargo, presenta a Pedro como una figura crucial de las comunidades paleocristianas; es él quien preside la selección para la sustitución de Judas Iscariote (Hechos 1:15-26), él quien toma la palabra y se dirige a la multitud el día de Pentecostés (Hechos 2:14-41), él quien castiga la mentira de Ananías y Safira a los Apóstoles (Hechos 5:1-11), él quien es examinado públicamente por el Sanedrín junto con Juan (Hechos 4:7-22, Hechos 5:18-42). Pietro Perugino: Cristo entrega a Pedro las llaves del reino de los cielos (Fresco de la Capilla Sixtina, 1480-1482) Es el primer apóstol que supuestamente obra un milagro público: tras invocar el nombre de Jesús, los cristianos afirman que cura milagrosamente a un hombre a las puertas del templo de Jerusalén (Hechos 3:1-10). En otra oportunidad, la Biblia afirma que resucita a una mujer (Hechos 9:36-43). Se reafirma juez en el caso de Simón el Mago, quien pretende comprar el poder de invocar al Espíritu Santo (Hechos 8:14-25). Emprende misiones a Lidia, Jaffa y Cesarea. Tiene una intervención destacada en el Concilio de Jerusalén, cuando Pablo sostiene que el mensaje de Jesús debe extenderse también a los gentiles (pueblo no judío). En todos estos ejemplos, en los que la figura de Simón Pedro se destaca por encima del resto de los apóstoles, ha visto la Iglesia católica una confirmación de la enseñanza de que él ejercía el primado sobre ellos. La prédica de Pedro, sin embargo, estuvo por lo general en los primeros años limitada al pueblo judío a diferencia de Pablo que predicaba a los gentiles (personas no judías) aunque fue el quien bautizó al primer cristiano no judío, en Cesarea, debido a una visión tenida en Joppe,fue al Centurión Cornelio y a su familia (Hechos 10:1-33). Más tarde, según la tradición católica, se trasladaría a Roma. El autor de los Hechos, sin embargo, se centra luego en las obras de Pablo de Tarso, por lo que de los años posteriores es mucho lo que se ignora. De acuerdo con la epístola a los Gálatas, se trasladó a Antioquía, donde Pablo lo encontró más tarde (Gálatas 2:11). La primera epístola a los Corintios deja entrever que Pedro quizá visitó la ciudad en sus misiones (1Corintios 1:12). Pablo habla de él destacando su lugar preeminente entre los miembros de la Iglesia primitiva: "...como lo hacen los demás Apóstoles, los hermanos del Señor y el mismo Cefas..." (1Corintios 9:5), "...Santiago, Cefas y Juan –considerados como columnas de la Iglesia–..." (Gálatas 2:9). Pedro se habría trasladado a Roma mientras Pablo se quedaba en Jerusalén. Allí habría participado en grupos de cristianos ya establecidos en Roma, sin embargo no hay evidencia en los relatos evangélicos; según otras tradiciones como las que mencionan Orígenes o Eusebio de Cesarea en su Historia Eclesiástica (III, 36) Pedro habría sido el que fundó la Iglesia de Antioquía, pero tampoco hay otra evidencia que lo verifique.
Muerte de Pedro
La tradición católica narra que Pedro acabó sus días en Roma, donde fue obispo, y que allí murió martirizado bajo el mandato de Nerón en el Circo de la colina vaticana, sepultado a poca distancia del lugar de su martirio y que a principios del siglo IV el emperador Constantino I el Grande mandó construir la gran basílica. Clemente Romano, en su carta a los corintios, data su muerte en la época de las persecuciones de Nerón. El evangelio de Juan sugiere, en su característico estilo alegórico, que Pedro fue crucificado. Algunos retrasan la redacción de este Evangelio hasta el siglo II, por lo que consideran su testimonio de menor relevancia. Pedro de Alejandría, que fue obispo de esa ciudad y falleció en torno a 311, escribió un tratado llamado Penitencia, en el que dice: "Pedro, el primero de los apóstoles, habiendo sido apresado a menudo y arrojado a la prisión y tratado con ignominia, fue finalmente crucificado en Roma". Orígenes en su Comentario al libro del Génesis III, citado por Eusebio de Cesarea, dice que Pedro pidió ser crucificado cabeza abajo por no considerarse digno de morir del mismo modo que Jesús. Lo mismo relata Jerónimo de Estridón en su obra Vidas de hombres ilustres. Flavio Josefo relata que la práctica de crucificar criminales en posiciones distintas era común entre los soldados. El texto de 1Pedro 5:13, que envía saludos desde "la Iglesia que está en Babilonia" ha sido entendido por algunos en sentido figurativo, como señal de que Pedro escribía desde Roma por el hecho que la antigua Babilonia sobre el Éufrates estaba en ruinas y el término "Babilonia" habría sido usado por la antigua comunidad cristiana para referirse a la Roma de los emperadores (Apocalipsis 17:5). No obstante, otros estudiosos alegan que no había razón alguna para utilizar términos crípticos para referirse a Roma en un simple saludo y suponen que Babilonia se refería efectivamente a una comunidad cristiana asentada en las ruinas de esa ciudad, por lo demás, densamente habitada. El historiador religioso de la antigüedad Eusebio informa que Pedro “fue crucificado con la cabeza hacia abajo, habiendo él mismo pedido sufrir así.” Sin embargo, la profecía de Jesús acerca de la muerte de Pedro no fue tan específica. A Catholic Commentary on Holy Scripture admite lo siguiente: “Puesto que se coloca la extensión de las manos antes de ser ceñido y llevado, es difícil discernir cómo debe concebirse. Si el orden es parte de la profecía, debemos suponer que el prisionero fue atado al patibulum antes de ser ceñido y llevado a la ejecución.” Por eso, si no fuera por la tradición que registró Eusebio, la declaración de Jesús en sí no señalaría a una muerte por crucifixión o por fijarlo en un madero. Considerando las palabras de Juan 21:18-19 aparte de la tradición, llegaríamos a la siguiente conclusión: En los años cuando Pedro era más joven podía ceñirse a gusto para cualquier deber que quería desempeñar. Tenía la libertad de ir a donde quisiera ir. Pero en la vida posterior esto cambiaría. Tendría que extender las manos, quizás en sumisión a otra persona. Otro hombre lo controlaría, ciñendo a Pedro (ya sea atándolo o preparándolo para lo que habría de venir) y cargándolo a un lugar adonde no querría ir, evidentemente al lugar de ejecución. Así la profecía de Jesús respecto a Pedro realmente indicó que el apóstol moriría "una muerte de mártir", pero no necesariamente denota la manera en que se le daría esta muerte.
Búsqueda de sus restos
En 1939 el Papa Pío XII ordenó la excavación en los subterráneos del Vaticano para tratar de hallar una respuesta a la tradición que en aquel tiempo se ponía en duda (ante el desmentido de otras tradiciones): que el Vaticano era la auténtica tumba del apóstol Pedro. Las excavaciones duraron hasta 1949. Se encontró una necrópolis que se extendía de oeste a este en paralelo al Circo de Nerón. La necrópolis estaba inundada de tierra, posiblemente por ser la base de la basílica primigenia. Se encontraron cinco monumentos, el más antiguo databa del siglo II. Se incluía una parte de un edificio adosado a un muro revocado en rojo que servía de fondo para el más antiguo de los monumentos. En una pared lateral que cerraba este pequeño monumento por su parte norte (el así llamado Muro G) se encontraron unas inscripciones que datan de antes de Constantino, muestra de la devoción de los fieles. Una de las inscripciones señalaba "???? ???" (inscripción incompleta, en griego, que podría sigunificar "Pedro está aquí" o "Pedro esté en paz").7 Debajo del monumento se encontraba una tumba a nivel del suelo cubierta con unas tejas. La tumba estaba vacía, pero alrededor de ella se agolpaban decenas de otras humildes tumbas. Éstas a veces incluso se superponían, o cortaban tumbas anteriores, pero no tocaban la primera de ellas, la que estaba en el centro. Por la evidencia dada, Pío XII suspendió las excavaciones y anunció que se había encontrado la tumba de Pedro. Margherita Guarducci, arqueóloga, prosiguió las investigaciones en 1952. Estudió y descifró el famoso muro de las inscripciones (Muro G) y descubrió el uso de una criptografía de tinte místico: el uso repetitivo de las letras "?", "??" y "???" como abreviatura del nombre de Pedro, aunque normalmente era vinculado al nombre de Cristo. Asimismo hay aclamaciones a Cristo, María, Pedro, a Cristo como segunda persona de la trinidad y a la trinidad. Años después la misma Margherita Guarducci, pidió analizar unos huesos que habían sido encontrados en un nicho del Muro G, justamente tras la citada inscripción "???? ???". El antropólogo Venerando Correnti los estudió y señaló que había huesos humanos y de ratón, un ratón que debió de haber quedado atrapado tiempo después de producido el entierro. Los huesos humanos presentaban las siguientes características: Tenían adherida tierra, mientras que los huesos de ratón estaban limpios. Se analizó la tierra adherida a los huesos humanos y es la misma tierra de la tumba abierta y que fue encontrada vacía, identificada por Pío XII como la de Pedro, las tumbas colindantes tenían otra clase de tierra. Los huesos están coloreados de rojo por haber estado envueltos en un paño de púrpu­ra y oro. Hay hilos de oro y de la tela incluso adheridos a algunos huesos. Debían de ser huesos de una persona muy venerada, pues los envolvieron en un rico paño de púrpura y oro, para guardarlos en ese nicho. Parece que estos huesos fueron retirados de la tumba de tierra y guardados para protegerlos de la humedad del terreno. Este nicho ha permanecido intacto desde Constantino hasta hoy. Los huesos humanos son de la misma persona: varón, de complexión robusta, que murió a una edad avanzada y vivió en el siglo I. A partir de estos datos la arqueóloga elaboró la siguiente teoría: cuando Constantino quiso hacer la Basílica los huesos fueron desenterrados y envueltos en un manto de púrpura y oro y depositados en el nicho donde debían de haber estado, pero durante las excavaciones los obreros usaron el martinete para derribar muros y, deseando llegar rápidamente a la tumba, provocaron un derrumbe sobre los restos. Todo mezclado tomó la apariencia de desechos. Monseñor Kaas, jefe de la Fábrica de San Pedro, guardó todo resto humano que se encontraba y los restos estuvieron así guardados diez años sin conocerse su procedencia. En 1964 las investigaciones de Guarducci terminaron y un año después se publicó su libro Reliquie Di Pietro Sotto La Confessione della Basílica Vaticana ("Las reliquias de Pedro bajo la confesión de la Basílica Vaticana"), libro muy discutido por la comunidad científica. En 1968 Pablo VI anunció que, según los estudios científicos realizados, había la suficiente certeza de que se habían encontrado los restos del apóstol.
Escritos atribuidos a Pedro
Entre los escritos del Nuevo Testamento, se considera habitualmente que el evangelio de Marcos recoge las enseñanzas de Pedro por parte de uno de sus discípulos.
Epístolas de Pedro
Además, dos epístolas se atribuyen tradicionalmente a Pedro. Sin embargo, los originales griegos son muy superiores en su redacción a lo esperable en un rústico pescador cuyo primer idioma era el arameo y que no habría estudiado griego ni retórica (Hechos 4:13). La explicación tradicional es que, al menos la primera de las epístolas fue redactada por un amanuense que, si no recogió directamente de boca de Pedro sus opiniones, lo conocía lo suficientemente bien como para hablar en su nombre. Sin embargo, la autoría por San Pedro de la segunda epístola está muy discutida. El comentario de la Biblia de Jerusalén dice que "muchos críticos modernos se niegan por su parte a atribuirla a San Pedro, y es difícil acusarles de estar equivocados". De acuerdo con los estudios de Raymond E. Brown, su texto era desconocido en Occidente hasta alrededor del año 350 y luego fue rechazada por muchos cristianos. En Oriente su aceptación llegó aún más tarde, en el siglo VI en algunos casos. En cualquier caso, la primera mención del texto es una referencia a Orígenes recogida por Eusebio de Cesarea alrededor de 250. Numerosos autores han señalado que el estilo es muy similar al de una carta apócrifa antiguamente atribuida a Clemente Romano (la segunda epístola de Clemente), por lo que es posible que su autor fuese el mismo. Razones argumentales han demostrado que su redactor conocía la epístola de Judas.
Obras apócrifas
Otras obras apócrifas han circulado con la pretensión de recoger las palabras o los hechos de Pedro. Desde la antigüedad, sin embargo, se ha cuestionado su autenticidad. Éstas incluyen: El evangelio de Pedro Los Hechos de Pedro Una carta de Pedro a Felipe, conservada en la biblioteca Nag Hammadi Un Apocalipsis de Pedro, considerado auténtico hasta entrado el siglo IV La epistola Petri, una carta que consta al inicio de algunas versiones de las obras de Clemente de Alejandría
Iconografía
Por ser considerados herederos de la llamada profesión petrina, los papas de la Iglesia católica romana llevan un anillo con la imagen del santo echando las redes al mar, llamado Anillo del Pescador. En el pasaje de Mateo 16 de acuerdo a la interpretación patrística, Jesús habría nombrado piedra o roca a San Pedro cuando reconoció a Cristo como Dios y Señor. El evangelista añade que el Apóstol recibirá las llaves del cielo y de la tierra. Éste es el fundamento de la representación habitual de Pedro en la iconografía como portador de un par de llaves, como suele verse en las imágenes del Apóstol Pedro como fundador de la sede de Antioquia. Estos elementos también están presentes en la heráldica vaticana en cuanto que los Papas se consideran los sucesores de Pedro. La tradición de la Iglesia católica apostólica ortodoxa reconoce como primer obispo de Roma a Lino, designado por el Apóstol Pablo primer fundador y misionero de la primitiva comunidad cristiana de Roma, en tanto que reserva para el Apóstol Pedro el título de Corifeo(director del coro)de los apóstoles. La representación convencional de San Pedro lo presenta ya anciano, portando las llaves. Entre sus atributos se cuentan también el barco (por su profesión), el libro y el gallo (por su negación). Ocasionalmente se lo reviste de los atributos de un obispo o de un papa, si bien las tradiciones relativas a éstos no se fijaron hasta mucho más tarde. Las escenas de su martirio lo presentan por lo general cabeza abajo.
Obispado
Predecesor:
Se le considera el primero
Papa
30/33-67
Sucesor:
San Lino
Predecesor:
primer obispo
Obispo de Antioquía
?-44
Sucesor:
Evodio


LISTA DE PAPAS EN LA HISTORIA
DEL PONTIFICADO CATOLICO ( Vaticano)  
 
  NOMBRES            ORIGEN         AÑOS PONTIFICADO    

S.Pedro Galilea Mártir en 64 ó 67 S.Lino Toscana 68-79 S.Anacleto o Cleto Roma 80-92 S.Clemente Roma 92-99 ó 68-76 S.Evaristo Grecia 99 ó 96-108 S.Alejandro I Roma 108 ó 109-116 ó 119 S.Sixto I Roma 117 ó 119-126 ó 128 S.Telesforo Grecia 127 ó 128- 137 ó 138 S.Higinio Grecia 138-142 ó 149 S.Pío I Aquilea 142 ó 146-157 ó 161 S.Aniceto Siria 150 ó 157-153 ó 168 S.Sotero Campania 162 ó 168-170 ó 177 S.Eleuterio Epiro 171 ó 177-185 ó 193 S.Víctor I África 186 ó 189-197 ó 201 S.Ceferino Roma 198-217 ó 218 S.Calixto I Roma 218-222 S.Urbano I Roma 222-230 S.Ponciano Roma 230-235 S.Antero Grecia 235-236 S.Fabian Roma 236-250 S.Cornelio Roma 251-253 S.Lucio I Roma 253-254 S.Esteban I Roma 254-257 S.Sixto II Grecia 257-258 S.Dionisio Desconocido 259-268 S.Félix I Roma 269-274 S.Eutiquiano Luni 275-283 S.Cayo Dalmacia 283-296 S.Marcelino Roma 296-304 S.Marcelo I Roma 306-309 S.Eusebio Grecia 309 S.Melquíades África 311-314 S.Silvestre I Roma 314-335 S.Marcos Roma 336 S.Julio I Roma 337-352 Liberio Roma 352-366 S.Dámaso I Roma 366-384 S.Siricio Roma 384-399 S.Anastasio I Roma 399-401 S.Inocencio I Albano 401-417 S.Zósimo Grecia 417-418 S.Bonifacio I Roma 418-422 S.Celestino I Campania 422-432 S.Sixto III Roma 432-440 S.León I el Magno Toscana 440-461 S.Hilario Cerdeña 461-468 S.Simplicio Tívoli 468-483 S.Félix III o II Roma 483-492 S.Gelasio I África 492-496 Anastasio II Roma 496-498 S.Símmaco Cerdeña 498-514 S.Hormisdas Frosinone 514-523 S.Juan I Toscana 523-526 S.Félix IV o III Samnio 526-530 Bonifacio II Roma 530-532 Juan II Roma 533-535 S.Agapito I Roma 535-536 S.Silverio Frosinone 536-537 Vigilio Roma 537-555 Pelagio I Roma 556-561 Juan III Roma 561-574 Benedicto I Roma 575-579 Pelagio II Roma 579-590 S.Gregorio I el Magno Roma 590-604 Sabiniano Toscana 604-606 Bonifacio III Roma 607 S.Bonifacio IV Abruzos 608-615 S.Adeodato I Roma 615-618 Bonifacio V Nápoles 619-625 Honorio I Campania 625-638 Severino Roma 640 Juan IV Dalmacia 640-642 Teodoro I Jerusalén 642-649 S.Martín I Todi 649-655 S.Eugenio I Roma 654-657 S.Vitaliano Segni 657-672 Adeodato II Roma 672-676 Dono Roma 676-678 S.Agatón Sicilia 678-681 S.León II Sicilia 682-683 S.Benedicto II Roma 684-685 Juan V Siria 685-686 Conón Desconocido 686-687 S.Sergio I Siria 687-701 Juan VI Grecia 701-705 Juan VII Grecia 705-707 Sisinio Siria 708 Constantino Siria 708-715 S.Gregorio II Roma 715-731 S.Gregorio III Siria 731-741 S.Zacarías Grecia 741-752 Esteban II (III) Roma 752-757 S.Pablo I Roma 757-767 Esteban III (IV) Sicilia 768-772 Adriano I Roma 772-795 S.León III Roma 795-816 Esteban IV (V) Roma 816-817 S.Pascual I Roma 817-824 Eugenio II Roma 824-827 Valentín Roma 827 Gregorio IV Roma 827-844 Sergio II Roma 844-847 S.León IV Roma 847-855 Benedicto III Roma 855-858 S.Nicolás I el Magno Roma 858-867 Adriano II Roma 867-872 Juan VIII Roma 872-882 Marino I Toscana 882-884 S.Adriano III Roma 884-885 Esteban V (VI) Roma 885-891 Formoso Desconocido 891-896 Bonifacio VI Roma 896 Esteban VI (VII) Roma 896-897 Romano Toscana 897 Teodoro II Roma 897 Juan IX Tívoli 898-900 Benedicto IV Roma 900-903 León V Ardea 903 Sergio III Roma 904-911 Anastasio III Roma 911-913 Landón Sabina 913-914 Juan X Ímola 914-928 León VI Roma 928 Esteban VII (VIII) Roma 929-931 Juan XI Roma 931-936 León VII Roma 936-939 Esteban VIII (IX) Roma 939-942 Marino II Roma 942-946 Agapito II Roma 946-955 Juan XII Roma 955-964 León VIII Roma 963-965 Benedicto V Roma 964-965 Juan XIII Roma 965-972 Benedicto VI Roma 973-974 Benedicto VII Roma 974-983 Juan XIV Pavia 983-984 Juan XV Roma 985-996 Gregorio V Sajonia 996-999 Silvestre II Aquitania 999-1003 Juan XVII Roma 1003 Juan XVIII Roma 1003-1009 Sergio IV Roma 1009-1012 Benedicto VIII Roma 1012-1024 Juan XIX Roma 1024-1032 Benedicto IX Roma 1032-1044 Silvestre III Roma 1045 Benedicto IX (2da,vez) Roma 1045 Gregorio VI Roma 1045-1046 Clemente II Sajonia 1046-1047 Benedicto IX (3ra.vez) Roma 1047-1048 Dámaso II Tirol 1048 S.León IX Alsacia 1049-1054 Víctor II Alemania 1055-1057 Esteban IX (X) Lorena 1057-1058 Nicolás II Borgoña 1059-1061 Alejandro II Milán 1061-1073 S.Gregorio VII Toscana 1073-1085 B.Víctor III Benevento 1086-1087 B.Urbano II Francia 1088-1099 Pascual II Ravena 1099-1118 Gelasio II Gaeta 1118-1119 Calixto II Borgoña 1119-1124 Honorio II Ímola 1124-1130 Inocencio II Roma 1130-1143 Celestino II Umbría 1143-1144 Lucio II Bolonia 1144-1145 B.Eugenio III Pisa 1145-1153 Anastasio IV Roma 1153-1154 Adriano IV Inglaterra 1154-1159 Alejandro III Siena 1159-1181 Lucio III Lucca 1181-1185 Urbano III Milán 1185-1187 Gregorio VIII Benevento 1187 Clemente III Roma 1187-1191 Celestino III Roma 1191-1198 Inocencio III Roma 1198-1216 Honorio III Roma 1216-1227 Gregorio IX Anagni 1227-1241 Celestino IV Milán 1241 Inocencio IV Génova 1243-1254 Alejandro IV Roma 1254-1261 Urbano IV Francia 1261-1264 Clemente IV Francia 1265-1268 B.Gregorio X Piacenza 1271-1276 B.Inocencio V Saboya 1276 Adriano V Génova 1276 Juan XXI Lisboa 1276-1277 Nicolás III Roma 1277-1280 Martín IV Francia 1281-1285 Honorio IV Roma 1285-1287 Nicolás IV Áscoli 1288-1292 S.Celestino V Molisse 1294 Bonifacio VIII Anagni 1294-1303 B.Benedicto XI Treviso 1303-1304 Clemente V Francia 1305-1314 Juan XXII Francia 1316-1334 Benedicto XII Francia 1334-1342 Clemente VI Francia 1342-1352 Inocencio VI Francia 1352-1362 B.Urbano V Francia 1362-1370 Gregorio XI Francia 1370-1378 Urbano VI Nápoles 1378-1389 Bonifacio IX Nápoles 1389-1404 Inocencio VII Sulmona 1404-1406 Gregorio XII Venecia 1406-1415 Martín V Roma 1417-1431 Eugenio IV Venecia 1431-1447 Nicolás V Sarzana 1447-1455 Calixto III Játiva (España) 1455-1458 Pío II Siena 1458-1464 Pablo II Venecia 1464-1471 Sixto IV Savona 1471-1484 Inocencio VIII Génova 1484-1492 Alejandro VI Játiva (España) 1492-1503 Pío III Siena 1503 Julio II Savona 1503-1513 León X Florencia 1513-1521 Adriano VI Utrech (Holanda) 1522-1523 Clemente VII Florencia 1523-1534 Pablo III Roma 1534-1549 Julio III Roma 1550-1555 Marcelo II Lazio 1555 Pablo IV Nápoles 1555-1559 Pío IV Milán 1559-1565 S.Pío V Alessandría 1566-1572 Gregorio XIII Bolonia 1572-1585 Sixto V Áncona 1585-1590 Urbano VII Roma 1590 Gregorio XIV Cremona 1590-1591 Inocencio IX Bolonia 1591 Clemente VIII Florencia 1592-1605 León XI Florencia 1605 Pablo V Roma 1605-1621 Gregorio XV Bolonia 1621-1623 Urbano VIII Florencia 1623-1644 Inocencio X Roma 1644-1655 Alejandro VII Siena 1655-1667 Clemente IX Pistoia 1667-1669 Clemente X Roma 1670-1676 B.Inocencio XI Como 1676-1689 Alejandro VIII Venecia 1689-1691 Inocencio XII Spinazola 1691-1700 Clemente XI Urbino 1700-1721 Inocencio XIII Roma 1721-1724 Benedicto XIII Bari 1724-1730 Clemente XII Florencia 1730-1740 Benedicto XIV Bolonia 1740-1758 Clemente XIII Venecia 1758-1769 Clemente XIV Rímini 1769-1774 Pío VI Cesena 1775-1799 Pío VII Cesena 1800-1823 León XII Spoleto 1823-1829 Pío VIII Áncona 1829-1830 Gregorio XVI Belluno 1831-1846 B.Pío IX Senigallia 1846-1878 León XIII Carpineto romano 1878-1903 S.Pío X Treviso 1903-1914 Benedicto XV Génova 1914-1922 Pío XI Milán 1922-1939 Pío XII Roma 1939-1958 B.Juan XXIII Bérgamo 1958-1963 Pablo VI Brescia 1963-1978 Juan Pablo I Belluno 1978 Juan Pablo II Wadowice(Polonia) 1978-2005 Benedicto XVI Marktl am Inn(Alemania) 2005-

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